Solo alguien sin preguntas puede tener todas las respuestas.
Hacia el fin de agosto del 2006, la frase 'no me lo merezco' marcó el comienzo del camino que emprendí, camino que en los últimos meses, se volvió sinuoso, con curvas peligrosas, y rotondas en las que me quedé dando vuelta.
Lo que cuantitativamente se podría definir como la mitad, es un número de tres cifras que esta muy cercano a dos. La sensación de falta de pertenencia, los miedos, la negación al conflicto y el escape de la angustia fueron los ladrillos que construyeron, cual si fuera un muro, la mitad, mitad que me sirvió de escondite, en el que deje transcurrir el tiempo y durante largos años mire pasar la vida como quien ve pasar un tren del que no tiene boleto, donde deje de preguntar, porque creí tener las respuestas.
Hoy, fuera del escondite, lleno de preguntas veo que la mitad casi no existe y el muro cayó, reformulo la frase a 'me lo merezco' y retomo el camino.
I'm half the man I used to be (soy la mitad del hombre que solía ser), frase del estribillo de Creep de los Stone Temple Pilots, es hoy, cualitativamente lo contrario.
Hacia el fin de agosto del 2006, la frase 'no me lo merezco' marcó el comienzo del camino que emprendí, camino que en los últimos meses, se volvió sinuoso, con curvas peligrosas, y rotondas en las que me quedé dando vuelta.
Lo que cuantitativamente se podría definir como la mitad, es un número de tres cifras que esta muy cercano a dos. La sensación de falta de pertenencia, los miedos, la negación al conflicto y el escape de la angustia fueron los ladrillos que construyeron, cual si fuera un muro, la mitad, mitad que me sirvió de escondite, en el que deje transcurrir el tiempo y durante largos años mire pasar la vida como quien ve pasar un tren del que no tiene boleto, donde deje de preguntar, porque creí tener las respuestas.
Hoy, fuera del escondite, lleno de preguntas veo que la mitad casi no existe y el muro cayó, reformulo la frase a 'me lo merezco' y retomo el camino.
I'm half the man I used to be (soy la mitad del hombre que solía ser), frase del estribillo de Creep de los Stone Temple Pilots, es hoy, cualitativamente lo contrario.