viernes, 8 de enero de 2010

The raw and the cooked...

Soy bueno bajo presión, soy expeditivo, resuelto, y logro quedar bien parado, luego de eso reviento por algún lado, llámese alguna peste por baja de defensas, o ataques de alergia, etc… pero acá el tema es como logro ese comportamiento, sin que medie un chumbo puesto en mi sien.
Ante la insistencia de que actualice el blog, no tuve mejor idea que revisar porque cuernos decidí abrir un blog, así que intentaré…

Hagamos historia: hombre, soltero de casi 37 años, viviendo en casa del viejo, que había pasado los últimos 15 años de su vida escondido en su cuerpo, para ser preciso, sufría de obesidad mórbida, y había llegado a pesar casi 200kg, y luego de 2 años de tratamiento y un par de operaciones, la última de ellas fallida, empezaba a asomar la cabeza.

Durante esos largos años, en los que falleció mi vieja, quizá el único referente en lo emocional que tuve en mi familia, largué la facultad, comí y me concentré en la única actividad en la que me sentía seguro que era mi profesión, y digo profesión porque durante mucho tiempo tuve un trabajo para el cual estaba sobrecalificado, entonces para poder seguir en carrera en esta profesión cambiante como la informática, dedicaba mi tiempo libre a investigar, hecho que hizo que me mantuviera vigente.

Convertido en una especie de Dr. House informático, no solo por mi pericia en los diagnósticos, sino además por tener una personalidad jodidamente sarcástica, fui un referente para un grupo de conocidos y amigos, a los que, y quizá para mantener mi ego reluciente, nunca dudé en brindarles mi ayuda. Cuestión es que uno de los pocos que son realmente amigos, copiaba cada mail en donde le respondía una consulta, a su jefe, por lo que la entrevista que me hizo para entrar a mi actual trabajo, fue casi una formalidad.

Instalado ya en mi nuevo trabajo, el cual además de tener el desafío de armar una estructura desde cero, y demostrarme, que si yo alguna vez me creí un Jimi Hendrix, tenía al lado, a Clapton, Stevie Ray Vaughan, Satriani y Vai, logra que todo el esfuerzo que ponía en las horas posteriores al trabajo, decaiga, y que luego de mucho tiempo, empezara a verme un poco.

Habiéndome visto por primera vez en mucho tiempo, se empieza a gestar el cambio.

En medio de esta revolución interna, empieza a trabajar conmigo, una flaca que conocí de mi época de estudiante, hembron despampanante en su momento, y una de las personas más inteligentes que conozco, con la que nunca habíamos tenido más que alguna que otra charla en los pasillos de la facu o en alguna fiesta. Ella, casada, seguía conservando buena parte de su atractivo, pero además comienzo a ver en ella un costado humano, gentil y comprometido, el cual desconocía.
Pasados unos meses, ella se separa, y empezamos a entablar una relación de amistad, que a pesar de los sabios consejos que me dieron, terminan conmigo enfermamente enamorado de ella.

De la angustia de creer, que era imposible que una mujer como ella me diera bola, de saber que no eran ni el lugar y ni el tiempo correctos, y la intuición de que pasada la idealización iban a aparecer cosas terribles, nació este blog.

Si llegaron a este punto, los felicito por la paciencia, este texto sale crudo, alejado de las formas elípticas de las que he hecho abuso, y expresa el camino de la aceptación que he empezado a transitar.

Como no puedo vivir sin música, va aquí un tema que me parte la cabeza, por lo breve de su letra y lo intenso de su música.