Géminis II...

Desinhibido, al menos así me dejo conocer que mi chance era nula, la charla se había extendido por horas, Amanda, una hermosa mujer estadounidense, de padre español, gracias al cual hablaba el idioma a la perfección, sin ser chocante, me lo había dejado bien claro. Sorprendida por qué un habitante de un hermoso, pero distante país, conociese el personaje ‘Debbie Downer’, y que incluso supiese que Rachel Dratch es el nombre de la actriz que lo protagoniza, se dio un desarticulado dialogo, donde abundo el vino y la cerveza, cambiaron los escenarios, sobraron las risas y las miradas cómplices, y cuando todo hacía notar que la noche concluía, ella me mira a los ojos y comienza este dialogo diciendo:

• Sos un geminiano extremo
• Whattafack? (le respondo como quien conoce el argot yanqui a la perfección)
• Si, lo sos, como se dice? Paradigma?
• Paradigmático, quizá?
• Si paradigmático
• Ehhhh, explícate
• Es esa cosa ambivalente que tiene geminis, y que en ti se va a los extremos, uno rebalsa de luz, bondad y gracia, y el otro es completamente oscuro, mezquino, lleno por los miedos, los que te provocaron las situaciones vividas, y los que te dan las que quedan por vivir
• Si, puesto así, aunque no creo que diste mucho de lo que le pasa a cualquiera
• Pero lo que te define, es la lucha que mantienes para que ninguno de los dos extremos tome el control, por un lado crees que tu lado bueno, no puede sobrevivir en la sociedad, pero tienes la convicción de que el otro lado…
• …El lado oscuro de la fuerza… (intervengo dejando bien claro la clase de nerd que soy)
• (Sonrisa) tu otro lado, dista mucho de ser lo que quieres ser como persona, y esa lucha, te lleva mucha energía, te desgasta y te detiene.

La dirección de sus ojos viró hacia el camino de vuelta, y luego de un silencio, la charla volvió a los temas banales por los que había transitado gran parte de la noche, y ya de vuelta en el patio del hostel, luego de mi enésimo intento de encontrar otra vez esa mirada, nos despedimos. Ella partía pocas horas después hacia Iguazú, en donde, como me había dejado bien claro, se iba a encontrar con su novio.